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TRUCOS Y CONSEJOS CON LA (O)

OBEDIENCIA

El perro tiene, naturalmente, más o menos aptitudes para la obediencia. Los del tipo "C", llamados sumisos u obedientes, son los más aptos. Es el caso, especialmente, del pastor alemán y los perros de caza y muestra. Tampoco es dificil hacerse obedecer por uno del tipo "B" o independiente (teckel, terrier, caniche, pastor belga, boxer y muchos perros de defensa). En cambio, no siempre es fácil lograr que te obedezcan los del tipo "A", como el bull terrier.

CONSEJO

Hay dos modos de obtener obediencia: la educación y el adiestramiento.
La primera consiste en reforzar lo que el perro ya hace por sí mismo sólo para obtenerlo luego cuando se lo ordenamos. La educación es más fácil que el adiestramiento si tenemos tiempo de ocuparnos de nuestro perro, pero hay que saber comprenderle y no cambiar continuamente de idea.
El adiestramiento consiste en obligar al perro a obedecer Se consigue con asociaciones recompensa / castigo en función de la ejecución de la orden.

OBESIDAD

La obesidad plantea un problema, pues muchos veterinarios y nutricionistas le atribuyen muchas dolencias. Es fácil luchar contra ella racionando al animal, con o sin alimentos aligerados.
Pero ¿hay que hacerlo? El veterinario dice "sí", cuando el amigo de los animales dice
"no". ¿Por qué tenemos un perro si no es para
nuestro recíproco placer?
¿Realmente conviene, para prolongar hipotéticamente su vida, imponerle una permanente frustración? ¿Por qué privarnos del gozo de
complacerle con tal o cual golosina, sólo para respetar al pie de la letra las reglas de la dietética? ¿Lo hacemos acaso con nosotros mismos?
Es un asunto personal. Muchos piensan que más vale un perro que viva 12-13 años de felicidad y gula que el mismo perro viviendo
14-19 años de permanente frustración.
En fin, no hay que exagerar la obesidad.
Sólo debe preocupar cuando el perro tiene
problemas de locomoción. Recuerde que, si
usted la teme, no debe elegir un basset, un carlino o un cocker, sino más bien un lebrel.

TRUCO

Si teme usted que su perro esté gordo, haga rodar con la mano la piel de las costillas apretando un poco. Si nota bien las costillas, el perro está delgado o es normal. Si parecen acolchadas ante la presión, el perro está algo gordo. Si no siente usted las costillas, es obeso.

OÍDO

El hombre oye hasta los 18.000 hertzios,
perro 50.000. Es capaz de distinguir sonidos
que son idénticos para nosotros: diferenciar
por ejemplo motores de coches de la misma marca y la misma cilindrada. Y también, entre dos silbidos idénticos, sabrá reconocer sin dificultad alguna el de su dueño. A
partir de los 100 decibelios, sufre.

CONSEJO

No le grite a su perro como a un sordo. Y por una buena razón: oye cinco veces mejor que usted.
Cuando no obedezca, recuerde el refrán según
el que no hay peor sordo que el que no quiere oír.

OLFATO

El perro detecta ciertos ácidos a dosis cien veces más débiles que el hombre. Eso explica que pueda distinguir el olor de auténticos gemelos y captar el olor de una perra en celo a varios kilometros, pues ésta emite una feromona particular llamada metilbenzoato.
Debemos saber que la superficie olfativa del hombre es de 10 centímetros cuadrados para 10 millones de receptores olfativos, cuando en el labrador existen 225 millones de receptores en 20 centímetros cuadrados de superficie olfativa, es decir, 22 veces más. Además, el perro posee un órgano, llamado vomeronasal, es decir, una pequeña cavidad en el paladar que le sirve para descubrir las hembras en celo. Algunos perros levantan los belfos y parecen reir cuando hacen vibrar su órgano vomeronasal:
eso se denomina el signo de Flehmen.
Cuando el perro olisquea, acelera la circulación del aire en sus cavidades nasales. Sepa que es capaz de seguir una pista, tanto en la dirección del emisor de olor como en sentido contrario, pese a lo que ciertos adiestradores afirman.

CONSEJO

El olfato del perro es tal el poder de su nariz estan superior al nuestro que nos intriga a pesar
de que lo sepamos. Cuando nos acercamos a su
domicilio y el perro se agita 500 metros antes de
llegar la mayoría de los dueños hablan con orgullo
de su inteligencia, o también de un sexto
sentido. Debemos saber que el olfato de un perro
le permite diferenciar el olor de una panadería
del de otra panadería, el de una carnicería de
otra, lo que para él supone otros tantos puntos
de orientación sobre su situación geográfica.