MISTERIOS OCULTOS (K)

K-19

Durante años, Thomas Wolfe, el famoso escritor americano, tuvo una idea para una novela. Debía titularse K-19 y versaría sobre un vagón Pullman designado con aquel número. Las vidas de todos los personajes de la novela serian de algún modo afectadas por aquel vagón. Discutió K-19 con su editor, Maxwell Perkins, pero no pudo componerla de modo satisfactorio. Perkins le sugirió que escribiese otras cosas hasta que estuviese seguro de tener un argumento adecuado. Wolfe estuvo de acuerdo, pero quiso el destino que nunca pudiese volver a su idea de K-19. Murió repentinamente de un ataque al corazón en 1938.

Perkins se encargó de enviar el cadáver de Wolfe a su Asheville natal, Carolina del Norte, donde sería enterrado. Al salir el tren de la estación, observó Perkins el vagón que había transportado el ataúd de Wolfe. Cuando se perdió de vista, recordó de pronto que su número era: K-19.